Soy Ana, alicantina.
Creo que comencé a escribir diarios cuando tenía 14 o 15 años, y desde aquel momento, no he parado. Observadora, investigadora nata y lectora empedernida, hacen de mí una persona enamorada de las letras. Plasmar ideas y pensamientos me alegran el alma; eso, y un buen paseo entre un frondoso bosque de color verde esmeralda…